Mi pequeño espacio

viernes, 28 de junio de 2013

Cosas que no podían faltar en casa en los 70 y 80

Cosas que no podían faltar en casa en los 70 y 80

octubre 29th, 2012 | 
Esas decoraciones, esos objetos que los veías en todas las casas, bien porque estaban de moda, bien porque no había mucha originalidad, el caso es que todos, quién más quién menos todos hemos tenido estas cosas en casa.

Macramé y bordados

Ya fuesen los hijos con sus clases de macramé en clases de pretecnología o la abuela con sus bordados para todo, el caso es que la casa estaba llena de tapetes, reposacabezascubre lo que sea, y casi siempre con ese blanco tan sucio…
Los más originales hacían fundas para el papel higiénico o bolsas para el pan (aunque lo suyo era la tela).

Libros

En el catálogo de Círculo de lectores debía haber en un principio dos páginas porque había dos libros que no fallaban en cada casa, el de la tragedia de los Andes…
…y el de López Ibor que escondían los padres para que sus hijos no aprendiesen muy deprisa…

Muebles

Una cosa era el mueble-bar, algo lógico que ocupaba un poquito del armario del salón, pero es que en alguna casa se llegó a poner un bar-mueble…
Aquellas sillas-cajones que parecían cofres llenos de tesoros… y calcetines desparejados…

Figuritas

Lo normal era ir a una boda y que los novios te ragalasen palomas de porcelana con dos piñones y demás maravillas, pero es que había gente que compraba perros de gran tamaño para colocar en lugares estratégicos de la casa ¿Por qué?
O aquellos regalos de comunión, junto a un diario con cerrojo…
Aunque si de verdad eras una persona de gusto exquisito no podían faltar aquellos muñecos regionales…
…aquel toro (enamorado de la Luna) sobre la televisión…
…o una bola de nieve junto a las fotografías de bautizos, comuniones y bodas de la familia que, poco a poco iba creciendo.
También era muy chic eso de decorar alguna balda del salón con un juego de vasijas de barro del pueblo del abuelo… Aunque, eso sí, dos cosas no podían faltar en una casa…
… el llavero familiar…
…y un juego de aquellas sillas tan cómodas para subir al monte el domingo
 por Javier Ikaz

No hay comentarios:

Publicar un comentario