Mi pequeño espacio

viernes, 28 de junio de 2013

De pequeños sin móvil

Cómo nos lo montábamos de pequeños sin móvil: “Oye, ¿has visto a estos?”


cabina-telefono
Hoy el día que te dejas el móvil olvidado en casa te sientes de lo más extraño y te resulta imposible hacer un montón de cosas cotidianas para las que ya estás acostumbrado a utilizarlo, pero no nos olvidemos que hasta hace muy poco vivíamos perfectamente sin móvil.
De pequeños salíamos de casa con la bici a la tarde y no volvíamos hasta la noche estando todo ese tiempo completamente incomunicados e irnos al pueblo de vacaciones significaba no tener noticias de nosotros hasta esa carta que normalmente llegaba al buzón más tarde que nosotros. Vamos a recordar cómo nos lo montábamos de pequeños sin móvil y un montón de situaciones que hoy parecen inverosímiles.
portero automatico
-Podíamos tener largas conversaciones a través del portero automático (manteníamos a todo el vecindario bien informado).
cartas
-El último día del cole antes de las vacaciones les pedías la dirección a todos los compis para mandarles una carta desde el pueblo.
-Moverte por los mismos lugares a las mismas horas era fundamental. Cero improvisación.
-”Oye, ¿has visto a estos?”
-Llamar a la chica que te gustaba y que cogiera el teléfono su padre era un cortazo. Mejor colgar e intentarlo en otro momento.
gondola
-Hablar con tus amigos desde el teléfono del salón significaba que se enterara toda la familia de todo. Mejor hacerlo en clave: “sí, eso, vale… ya sabes”.
cola-telefono
-Al llegar tarde a casa siempre podías utilizar como excusa que estaban todas las cabinas estropeadas o que había un montón de cola para llamar.
walkie-talkies
-Lo intentamos con los walkie talkies pero por mucho alcance que nos decían que tenían, aquello no funcionaba.
-”Oye, ¿no habrás visto a estos? No sé dónde andan”.
-Dar esquinazo a ese amigo pesado, estaba chupado.
contador
-Para las emergencias en el pueblo tenías que interrumpir la cena a la única familia que tenía telefóno en casa y decirles “¿me pones el telefono?” sabiendo que no se iban a llevar un bocado a la boca hasta que terminaras para enterarse de todo.”.
-El listín (Páginas amarillas) era el libro más leído en este país y cada año acababa destrozado de tanto usarlo.
-”Oye, ¿has visto a estos por ahí? Llevo toda la tarde buscándoles. Venga, me quedo con vosotros, ¿vale?”.

  por Jorge Diaz.

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